La Guerra Capitalista

La Guerra Capitalista

 

Pues vemos que el capitalismo es el que está más fuerte ahorita. El capitalismo es un sistema social, o sea una forma como en una sociedad están organizadas las cosas y las personas, y quien tiene y quien no tiene, y quien manda y quien obedece. En el capitalismo hay unos que tienen dinero o sea capital y fábricas y tiendas y campos y muchas cosas, y hay otros que no tienen nada sino que sólo tienen su fuerza y su conocimiento para trabajar; y en el capitalismo mandan los que tienen el dinero y las cosas, y obedecen los que nomás tienen su capacidad de trabajo.

Y entonces el capitalismo quiere decir que hay unos pocos que tienen grandes riquezas, pero no es que se sacaron un premio, o que se encontraron un tesoro, o que heredaron de un pariente, sino que esas riquezas las obtienen de explotar el trabajo de muchos. O sea que el capitalismo se basa en la explotación de los trabajadores, que quiere decir que como que exprimen a los trabajadores y les sacan todo lo que pueden de ganancias. Esto se hace con injusticias porque al trabajador no le pagan cabal lo que es su trabajo, sino que apenas le dan un salario para que coma un poco y se descanse un tantito, y al otro día vuelta a trabajar en el explotadero, que sea en el campo o en la ciudad.

Y también el capitalismo hace su riqueza con despojo, o sea con robo, porque les quita a otros lo que ambiciona, por ejemplo tierras y riquezas naturales. O sea que el capitalismo es un sistema donde los robadores están libres y son admirados y puestos como ejemplo. Además de explotar y despojar, el capitalismo reprime porque encarcela y mata a los que se rebelan contra la injusticia.

Al capitalismo lo que más le interesa son las mercancías, porque cuando se compran y se venden dan ganancias. Y entonces el capitalismo todo lo convierte en mercancías, hace mercancías a las personas, a la naturaleza, a la cultura, a la historia, a la conciencia. Según el capitalismo, todo se tiene que poder comprar y vender. O sea que en el mercado vemos mercancías, pero no vemos la explotación con las que se hicieron. Y entonces el capitalismo necesita muchos mercados… o un mercado muy grande, un mercado mundial.

 


Entonces están los ricos contentos explotando a los trabajadores en sus países y están en un paso más que se llama Globalización Neoliberal; quiere decir que ya no sólo en un país dominan a los trabajadores o en varios, sino que los capitalistas tratan de dominar todo en todo el mundo. Y entonces al mundo, o sea al planeta Tierra, también se le dice que es el “globo terráqueo” y por eso se dice “globalización” o sea todo el mundo.

Y el neoliberalismo pues es como la teoría, el plan pues, de la globalización capitalista. Y el neoliberalismo tiene sus planes económicos, políticos, militares y culturales. En todos esos planes de lo que se trata es de dominar a todos, y el que no obedece pues lo reprimen o lo apartan para que no pasa sus ideas de rebelión a otros.

Pero no es tan fácil para la globalización neoliberal, porque los explotados de cada país pues no se conforman y no dicen que ya ni modo, sino que se rebelan; y los que sobran y estorban pues se resisten y no se dejan ser eliminados. Y entonces por eso vemos que en todo el mundo los que están jodidos se hacen resistencias para no dejarse, o sea que se rebelan, y no sólo en un país sino que donde quiera abundan, o sea que, así como hay una globalización neoliberal, hay una globalización de la rebeldía; no sólo aparecen los trabajadores del campo y de la ciudad, sino que también aparecen otros y otras que mucho los persiguen y desprecian por lo mismo de que no se dejan dominar, como son las mujeres, los jóvenes, los indígenas, los homosexuales, lesbianas, transexuales, los migrantes, y muchos otros grupos que de por sí hay en todo el mundo pero que no vemos hasta que gritan que ya basta de que los desprecien, y se levantan, y pues ya los vemos, y los oímos, y los aprendemos.

Y entonces nosotros vemos que todos esos grupos de gente están luchando contra el neoliberalismo, o sea contra el plan de la globalización capitalista, y están luchando por la humanidad. (Sexta Declaración de la Selva Lacandona)

 

Entre quienes luchamos también estamos el CNI y nos decimos que somos anticapitalistas, porque no es que queremos vivir una vida de explotación, de desprecio, de despojo y de represión, sino que queremos vivir una vida digna, esa que la hacemos cuando defendemos y cuidamos nuestros territorios, cuando no permitimos que los gobiernos capitalistas sigan diciendo cómo debemos vivir nuestras vidas y lo hacemos no porque ahora nosotros queremos mandar, sino porque creemos en un mundo donde quepan muchos mundos. O sea entre todos organizarnos, cuidarnos, defendernos de los malos gobiernos de los que están con el capitalismo, globalización y el neoliberalismo. Entonces creemos que es necesario informar a todos los que viven y habitan este mundo, esta tierra, este México, parar la guerra capitalista pues, porque es la que está terminando con los bosques para imponer sus carreteras, sus minas, sus eólicos, su siembra de transgénicos que destruyen nuestros campos porque ahora quieren que sean las empresas las que controlen y que los campesinos no tengamos en dónde sembrar, contaminan nuestros ríos, roban el agua para dársela a la coca-cola, desaparecen o meten a la cárcel a quienes defendemos y no sólo nos quieren exterminar a los indígenas de México, también en las ciudades está la guerra capitalista, la explotación, el despojo, el desprecio y la represión la vemos todos los días en todos lados y es lo que nos hemos propuesto parar y construir muchas otras formas para vivir desde la dignidad.

 

Entonces la guerra del capitalismo llega disfrazada de desarrollo, llega a nuestros pueblos originarios y nos dicen que esos proyectos van a mejorar nuestra vida, nuestra familia, nuestra comunidad pero es una mentira, nos quieren engañar, esos proyectos son de muerte. Quieren invadir nuestra tierra con represas y proyectos hidroeléctricos que tienen destruyen y contaminan los ríos y el medio ambiente, llegan amenazando a nuestro territorio, nos despojan de la tierra, imponiendo ejidos y declarando esas tierras como bienes nacionales; y esa tierra ya no la podemos trabajar ni sembrar. En varios de nuestros territorios llegan a extraer minerales de la tierra bajo la técnica de cielo abierto que le nombran y piden permiso y el gobierno les dice que sí pero ni es su territorio, entonces les dice que si les da permiso y otorga concesiones para que hagan lo mismo en todo el país. Son empresas mexicanas y otras de Canadá y otros países. Estos proyectos sólo nos quitan en vez de que nos favorezca, nos quitan agua, nos quitan tierra, minerales,  recursos naturales. Son proyectos que amenazan contra nuestra vida.

 

Entonces vemos que el capitalismo tiene declarada, en primer lugar, una guerra en contra de nuestra madre Tierra; y que su lógica de generar ganacias a costa del despojo y la destrucción de la Tierra, a costa de la explotación y la violencia en contra de millones de seres humanos, es la forma de ser de este sistema. El capitalismo ve a nuestra madre Tierra como una cosa que se puede tomar y apropiar, se puede explotar, violar y aprovechar sin medida, se puede partir en pedazos, se puede destruir y no pasa nada; entonces el capitalismo va en contra de la vida humana en este planeta.

 

Y así como el capitalismo destruye a nuestra madre Tierra, también destruye a la humanidad entera con guerras y conflictos armados por todo el planeta que solo buscan crecer las ganacias de los capitalistas, esclavizando y explotando a millones y millones de hombres, mujeres y niños. La violencia que el sistema desata en contra de nuestra madre Tierra también se crece especialmente en contra de las mujeres porque el capitalismo es un sistema patriarcal que pone a la mujer bajo el dominio y el control del hombre; entonces podemos decir que la violación y la explotación de nuestra madre tierra, dentro de este sistema capitalista patriarcal, se extiende especialmente en contra de las mujeres.

 

La guerra capitalista busca exterminarnos, en todas las regiones del país, donde se encuentran nuestros pueblos, las formas de represión, explotación, despojo y discriminación pueden variar pero el objetivo es el mismo. También en las ciudades, en todo México estamos viviendo las consecuencias de que el capitalismo nos haya declarado la guerra a las y los de abajo, con sus tramposas formas de realizar asambleas para aprobar gasoductos, autopistas, minas, basureros tóxicos, declarando zonas protegidas a nuestros territorios, obligándonos a migrar a otros pueblos o ciudades, donde tenemos que mal vivir y pagar impuestos hasta por el aire que respiramos, despojan nuestra tierra, agua, cultura para la construcción de complejos turísticos, destruyen nuestros sitios sagrados, amenazando nuestros ríos pretendiendo entubarlos para llevarse el agua a las ciudades en donde sólo podrán tenerla quienes puedan pagar por ella, no las colonias y barrios pobres, ahí también saben que la guerra está presente, que no les llegará el agua en semanas o meses, que no hay vida posible sin agua y el capitalismo se aprovecha de eso para seguir teniendo el control y que a quienes defienden el territorio, el agua, la vida, en los pueblos y en las ciudades los encarcelan, los desaparecen, los amenazan, a ellos y sus familias, porque parte de la guerra es que todas y todos tengamos miedo, que no nos movamos, que no nos organicemos.