Declaración Final de M’enhuani, San Pedro Atlapulco, Estado de México, 16 de septiembre de 2002.

“EN DEFENSA DE LA MEDICINA TRADICIONAL”

Convocados y reunidos en el Foro Nacional en Defensa de la Medicina Tradicional, territorio hñahñu de M’enhuani-Atlapulco, médicos tradicionales, autoridades y delegados de comunidades y organizaciones indígenas pertenecientes a los pueblos Tohono O’odham, Mayo, Rarámuri, Cora, Wixaritari, Nahua, Huachichil, Tenek, Chichimeca, Purhépecha, Mazahua, Tlahuica, Matlatzinca, Hñahñu, Tepehua, Amuzgo, Tlapaneco, Mixteco, Huave, Zapoteco, Mixe, Mazateco, Maya Peninsular, Tzeltal, Tzotzil, C’hol, Tojolabal, Mame, Zoque, Chuj y Mocho, de veinte estados del país, junto con organizaciones pertenecientes a la sociedad civil, y:

RECORDANDO que de la tierra somos y de ella nos nacimos, que todo lo que nuestra madre nace no debe ser sino aprovechado por todos y para todos, y que el conocimiento tradicional que los pueblos indígenas de todo el mundo han construido durante milenios es patrimonio colectivo de nuestras comunidades y bien común de la humanidad.

DENUNCIANDO que las grandes empresas y las políticas de gobierno empujan en forma acelerada hacia la destrucción masiva de nuestros territorios y de nuestras culturas. Que los mezquinos intereses de gigantescos capitales trasnacionales impulsan la privatización de todo aquello que nuestra madre tierra nace y que no puede ser sino patrimonio común de la humanidad.

SEÑALANDO que hoy en día la biodiversidad de nuestros territorios se ha convertido en un botín estratégico para los grandes consorcios trasnacionales y que éstos, en combinación con las potencias internacionales, impulsan un sistema mundial de bioprospección y un sistema mundial de propiedad intelectual que permitan a lo largo y ancho del planeta la apropiación privada de la biodiversidad y el conocimiento, tradicional o no, ligado a ella.

CONSIDERANDO que hasta el día de hoy el Estado Mexicano se ha negado a reconocer nuestros derechos fundamentales y que a pesar de lo anterior nuestros pueblos han elevado los Acuerdos de San Andrés al rango de Constitución Propia en Materia Indígena.

CONSIDERANDO que la actual propuesta de la Organización Mundial de la Salud y del propio Gobierno Mexicano para obligar al registro oficial de médicos y de medicamentos tradicionales no tiene otro fin que la cooptación, cuando no la destrucción, de la medicina tradicional y la expropiación de la biodiversidad y conocimientos tradicionales actualmente existentes en nuestros pueblos.

REAFIRMANDO nuestro absoluto rechazo al monopolio que las empresas farmacéuticas quieren establecer con relación a la utilización de las plantas medicinales que durante siglos han usado nuestros pueblos, y entendiendo que el Decreto de Gobierno que prohíbe o restringe la utilización de ochenta y cinco plantas medicinales tiene como fin favorecer dicho monopolio.

CONSIDERANDO que la Cumbre Mundial del Desarrollo Sustentable de Johannesburgo exhibe la falta de voluntad por parte de los gobiernos de México y del mundo para frenar la destrucción de la madre tierra y la privatización de nuestras tierras, recursos naturales y conocimientos tradicionales, aunque sí avanza en el reforzamiento de mecanismos integracionistas y compensatorios como parte de la estrategia de explotación de nuestros recursos, abaratamiento de la salud institucional en crisis y la división y mercantilización de nuestros Pueblos.

PROCLAMANDO que la autonomía es el proyecto histórico de nuestros pueblos y que éstos han decidido caminar su propio camino, de espaldas al poderoso que todo lo privatiza, lo corrompe y lo destruye.

Hemos acordado emitir la siguiente:

DECLARACIÓN

PRIMERO: Exigimos el inmediato reconocimiento constitucional de nuestros derechos fundamentales de conformidad con lo que establecen los Acuerdos de San Andrés y la Iniciativa de COCOPA y el cese inmediato de la militarización y paramilitarización creciente que viven comunidades nuestras a lo largo de todo el país.

SEGUNDO: Rechazamos las leyes y políticas actuales y las que el Estado quisiere imponer en lo futuro para restringir el ejercicio libre de la medicina tradicional, pues las mismas no fueron consultadas a nuestros Pueblos como es obligación del Estado Mexicano por mandato del Convenio 169° de la Organización Internacional del Trabajo. En consecuencia llamamos a todas las comunidades indígenas del país y al Pueblo de México en su conjunto para que desacaten dichas leyes y políticas que únicamente favorecen a las grandes empresas farmacéuticas mundiales.

TERCERO: Rechazamos absolutamente cualquier sistema de propiedad intelectual que permita la apropiación privada para la explotación o aprovechamiento exclusivos de la biodiversidad y del conocimiento, tradicional o no, ligado a ella; con independencia de quienes pudieran favorecerse de dicho sistema, ya sean empresas privadas, países mega diversos, o incluso, comunidades indígenas.

CUARTO: En ejercicio pleno de nuestra autonomía y ante las políticas mundiales de robo y privatización de la biodiversidad y de los conocimientos tradicionales de nuestros pueblos, como representantes de comunidades y de organizaciones de médicos tradicionales pertenecientes a 31 pueblos indígenas de México, DECRETAMOS LA MORATORIA UNILATERAL HACIA EL EXTERIOR DE NUESTROS PUEBLOS CON RELACIÓN A TODA ACTIVIDAD DE INVESTIGACIÓN, EXPLORACIÓN O PROSPECCIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES QUE SE ENCUENTRAN DENTRO DE LOS TERRITORIOS DE NUESTRAS COMUNIDADES Y CON RELACIÓN AL INTERCAMBIO DE LOS CONOCIMIENTOS TRADICIONALES, GENERADOS POR NUESTROS PUEBLOS, HASTA EN TANTO NO SE GENEREN CONDICIONES GLOBALES PACTADAS CON LOS PROPIOS PUEBLOS INDÍGENAS, QUE PERMITAN EL APROVECHAMIENTO LIBRE Y UNIVERSAL DE DICHOS RECURSOS Y SABERES.

Convocamos al resto de las comunidades indígenas y rurales del país a que apliquen la moratoria acordada y a que estén en estado de alerta para la efectiva aplicación de dicha moratoria.

QUINTO: Como parte de nuestra defensa de la madre tierra y todo lo que en ella se nace, repudiamos la introducción de maíces transgénicos a nuestro país, pues la madre maíz es fundamento primero de los pueblos nuestros. En consecuencia exigimos al Gobierno Federal declare una moratoria indefinida en la introducción de maíces transgénicos con independencia del uso que se les pudiera dar.

SEXTO: Llamamos a todos los pueblos indígenas de México al fortalecimiento de su autonomía, al establecimiento de formas de control territorial surgidas desde nuestras comunidades, a la consolidación y desarrollo de la cultura y medicina propias, y al intercambio de experiencias, saberes y conocimientos tradicionales como pueblos hermanos que somos.

Dada en el territorio sagrado hñahñu de M’enhuani a los dieciséis días de septiembre de dos mil dos.

ATENTAMENTE

PUEBLOS, COMUNIDADES Y ORGANIZACIONES PARTICIPANTES EN EL FORO NACIONAL EN DEFENSA DE LA MEDICINA TRADICIONAL

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