COMUNICADO SOBRE LA VIOLENCIA IMPUESTA EN LA ASAMBLEA ILEGAL EN SAN FRANCISCO TECOXPA

A los pueblos de Milpa Alta.

A los pueblos originarios.

A quienes todavía escuchan.

Al medio día del 21 de diciembre del presente año, se intentó imponer una asamblea  extraordinaria en el poblado de San Francisco Tecoxpa. No fue una asamblea de la comunidad, sino una simulación: convocada sin legalidad, sin representación legítima y en abierta violación al artículo 27 constitucional, a la Ley Agraria y la Comunidad Agraria de Hecho Milpa Alta.

Se pretendía aprobar, por la fuerza y el engaño, el proyecto de la Línea 6 del Cablebús dentro de las tierras comunales del núcleo agrario de la Comunidad Agraria de Hecho Milpa Alta. Hoy no existe representación legal que pueda convocar a una Asamblea de Comuneros y Comuneras. Por lo tanto, lo ocurrido no fue asamblea, fue imposición.

Ante este intento, comuneros, comuneras, originarios y originarias de los distintos pueblos que conforman Milpa Alta acudieron a manifestar su inconformidad.

Fue entonces cuando la violencia apareció, dos compañeras fueron agredidas brutalmente  por solicitar salir del recinto tras comenzar a documentar con fotografías lo que ahí ocurría.

Ese acto detonó una serie de agresiones físicas perpetradas por hombres identificados como brigadistas de conservación ambiental, beneficiarios del programa Altépetl de la CORENADR, taxistas informales, y gente que ha participado o participa en funciones publicas y como beneficiarios de programas, quienes se acreditaban como comuneros de San Francisco Tecoxpa.

A golpes, empujones y amenazas, mujeres y hombres fueron atacados al exterior de la supuesta asamblea.

Mientras esto ocurría, representantes de la Casa de Gobierno, de la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes, de Concertación Política y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana permanecieron presentes y permitieron, por acción u omisión, que la violencia se consumara. Su silencio fue complicidad.

Señalamos directamente a quienes se ostentan como “representación auxiliar” de bienes comunales de San Francisco Tecoxpa, Juan Morales Nava y José Luis Linares Castro, quienes en contubernio con instancias del gobierno de la ciudad han violentado los derechos agrarios del conjunto de la Comunidad de Milpa Alta, ejerciendo una agresión física, política y sistémica contra nuestros pueblos.

Decimos con claridad:

Lo ocurrido no fue una consulta culturalmente adecuada.

Las fechas, los tiempos y las formas de nuestros pueblos no permiten consultas cerradas,

aceleradas y manchadas de violencia.

No puede existir Asamblea de Comuneros hasta que se elija, conforme a derecho, una

representación legal del núcleo agrario de Milpa Alta.

También lo decimos fuerte y claro: no existe el núcleo agrario de San Francisco Tecoxpa.

Existe una comunidad comunal conformada por nueve pueblos, no por uno solo.

Fragmentar para imponer es una vieja estrategia del poder.

No permitiremos la normalización de la violencia, y menos cuando esta se ejerce contra las

compañeras, quienes fueron atacadas con dolo y brutalidad. Lo que hoy pretende el gobierno es imponer procesos que generan violencia en múltiples niveles y luego llamarlos “autodeterminación”. Pero la autodeterminación, para ellos, solo vale cuando los pueblos obedecen.

Un proyecto que se dice de movilidad no puede construirse sobre cuerpos golpeados, sobre mujeres agredidas, sobre comunidades fracturadas. Ningún proyecto puede llamarse progreso si deja sangre en el camino.

Exigimos justicia.

Exigimos atención integral para las compañeras y para el compañero que hoy se encuentra hospitalizado con fracturas derivadas de estas agresiones.

Exigimos el cese inmediato de la imposición.

Para que exista una verdadera asamblea deliberativa sobre el proyecto del Cablebús en Milpa Alta, esta debe ser legalmente convocada, y eso solo será posible cuando exista una representación agraria legítima, elegida por y para la comunidad.

Aquí seguimos.

No desde la violencia, sino desde la dignidad.

No desde el miedo, sino desde la memoria y la palabra colectiva.

Porque nuestros territorios no se consultan a golpes.

Porque la comunidad no se divide sin consecuencias.

Porque Milpa Alta no se vende, no se fragmenta y no se somete.

Nunca más una decisión sin los pueblos.

Nunca más una asamblea sin legalidad.

Nunca más violencia contra nuestras compañeras.

Atentamente,

Comuneros, comuneras, originarios y originarias

del núcleo agrario de la Comunidad Agraria de Hecho e Indígena de Milpa Alta